Se
entiende por deforestación a la destrucción a gran escala del
bosque por la acción humana. Avanza a un ritmo de unos 17 millones
de ha al año (superficie que supera a la de Inglaterra, Gales e
Irlanda del Norte juntas). Entre 1980 y 1990, las tasas anuales de
deforestación fueron de un 1,2% en Asia y el Pacífico, un 0,8% en
Latinoamérica y un 0,7% en África. La superficie forestal está, en
general, estabilizada en Europa y América del Norte, aunque la
velocidad de transición del bosque antiguo a otras formas en América
del Norte es elevada.
Los
bosques desempeñan un papel clave en el almacenamiento del carbono;
si se eliminan, el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera
puede llevar a un calentamiento global de la Tierra, con multitud de
efectos secundarios problemáticos.
Si
hoy la deforestación se considera un problema, antiguamente se
pensaba que contribuía al desarrollo nacional. El capital forestal
fue liquidado y reemplazado por otras formas de capital para generar
alimentos, materias primas, energía o infraestructuras.
Causas:
-
El cultivo itinerante de los bosques.
-
La realización de grandes plantaciones de cultivos (azúcar, café,
piñas, cacahuetes...) mediante la deforestación.
-
La explotación minera.
-
La quema de grandes extensiones de terreno para la cría de ganado.
-
La extracción de madera para la construcción de viviendas y para la
fabricación de papel.
-
Los países en vías de desarrollo usan la madera como leña y carbón
vegetal, ya que dependen de este recurso para cocinar o calentar sus
casas.
-
La extracción de recursos, principalmente maderas tropicales, que
son exportados a países desarrollados.
Consecuencias:
Degradación de suelos
forestales.
La
deforestación aumenta la erosión del suelo y lo que antes era
tierra de labor, ahora se está convirtiendo en suelo inerte por la
erosión. La mayor parte de la tierra forestal ha sido despejada con
medios de tala y quema. Después de un año o dos de cultivo, el
suelo se desgasta. Los agricultores se ven obligados a dejar la
tierra. Esta tierra abandonada queda sometida a graves procesos de
erosión del suelo, porque no hay cubierta vegetal que las proteja
contra los efectos del viento y de la lluvia. Este suelo erosionado
no puede sustentar a seres vivos.
La
pérdida de bosques, que ejercen un fuerte control sobre el clima,
aumenta la superficie de albedo, de modo que se refleja más
radiación solar hacia el espacio. Esta pérdida de energía solar
podría cambiar las pautas de precipitación con un descenso de la
lluvia, especialmente en las selvas húmedas.
El
hollín de los incendios forestales absorbe la luz solar calentando
la atmósfera. Esto produce un desequilibrio de temperaturas y hace
que la temperatura aumente con la altitud, que es justo lo contrario
de lo que debería ocurrir.
Se
reduce la biodiversidad, los rangos y especies.
Desertificación:
La
desertificación, es decir, el empobrecimiento de una zona semiárida
por la destrucción de los suelos y la vegetación bajo la influencia
del hombre, está creciendo y extendiéndose cada vez más sobre la
tierra, amenazando aproximadamente una tercera parte de la superficie
terrestre.
Todos
los continentes están afectados por la desertización.
Causas
-
El pastoreo abusivo, como ovejas, cabras, caballos, llamas y
camellos, que se comen la vegetación de base y dejan el suelo
expuesto a los efectos erosivos.
-
Las prácticas de irrigación inapropiadas.
-
La deforestación, especialmente en las vertientes de las tierras
altas.
-
La sobreexplotación de los suelos pobres.
Consecuencias
La
tala indiscriminada y los incendios hacen que los suelos queden
desprovistos de la protección de los árboles y estén sometidos a
una gran erosión.
Dificil
asentamiento de plantas y animales debido a que la capa fértil del
suelo es arrastrada por la lluvia y el viento.
Acumulación
de sales en la superficie y pérdida de la cubierta vegetal cuando
las prácticas de riego se efectúan en suelos con deficientes
drenajes.
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